Flamas y pétalos (priv Kaim)

Era un hermoso día al menos por los momentos, el sol se encontraba radiante y brillante aunque algunas nubes tendían a cubrir los rayos luminosos de este. Ella avanza caminando hacia los jardines se veían unas hermosas flores las cuales habían florecido hace poco, al momento en que sus cuerpo se ilumina de luz. Extiende sus alas sintiendo como aquellos rayos cálidos recorrían sus plumas, una leve sonrisa se dibujo en sus labios tomando también una bocanada de aire. Agita sus alas un poco, estirandolas para luego avanzar con calma hacia un banco cerca de las flores, alzo la mirada observando así aquellas nubes hacer formas un tanto graciosas, aquel libro que literalmente na seguía a todos lados se encontraba flotando frente a ella.


Su cuero era de un tono café algo oscuro, con las paginas de un tono amarillento. Además aquel libro era grueso poseía gran cantidades de hechizos, escritos en este usaba su ropa de siempre, aquella larga falda color crema una camisa manga corta la cual dejaba a la vista parte de sus voluptuosos pechos, su calzado era algo curioso ya que uno era un zapato corto y en su otra pierna se notaba una media larga, realmente no conocía a nadie por lo cual solía estar sola la mayoría del tiempo, un susurro escapa de sus labios dado paso a unas pequeñas flamas las cuales, hacen las formas de pequeños pájaros sobre volando cerca de ella, siguiendo los movimientos de sus dedos. Ya que era un hechizo, regresa a mirar aquel libro flotando cerca de ella.


Parecía como si aquel libro tuviera vida propria, ya que normalmente se le miraba flotar por su cuenta, ciertamente el libro tenia un hechizo algo curioso, que había hecho su anterior dueño. Mientras Yukiro miraba aquel pájaro creado por su hechizo batía sus alas volando, por ahí.

Sus orejas "peludas" y realmente raras se movieron al escuchar pasos, así como también respiración y un latir algo desenfrenado. Miro a un lado observando a un joven, de una forma de vestir muy formal a su parecer, sonrió ladina llevando aquel pájaro completamente hecho de fuego a aquel extraño, así al menos podría examinar su reacción.  Resultaba curioso que una arcangel vistiera  de una forma poco común, al menos pata los de su raza. Pero ella adoraba experimentar cosas nuevas, no le llamo la atención nada de el excepto el libro que leía. O que al menos pensaba en leer, se mantuvo en silencio examinando cada centímetro de dicho joven, no lo había visto antes eso era seguro.

Sus alas se extendieron notándose lo amplias que eran, el arco o la aureola de colores pasteles se movía dando vueltas con levedad. Tan tremendo y travieso que podría llegar a hacer un libro hechizado ¿tremendo? ¿un libro? La gente humana quedaría loca notando un libro así. Aquel libro amplio y algo grueso, avanzaba levitando hacia aquel nuevo acompañante por lo cual empezó a orbitar alrededor de ese joven, como si fuera un planeta y el libro la luna. A Yukiro le resulto tan gracioso que no pudo evitar llevar su mano semi cubierta por un guante a su boca y soltar una leve risa, no era en un tono molesto mas bien era de una forma suave y delicada. Propio de su tonalidad de voz algo característico en ella en realidad, se quedo en silencio observando a ese joven para ver como reaccionaria, puede que lo ignorará, reaccionara de mala manera o buscara tomar el libro pero seria mala idea claro esta.



Pero lo que más la intrigaba era saber que raza podía ser ¿un demonio quizás? Cruzo sus dedos rogando que eso fuera, ya que tenia cierto fetiche o deseo por poder conocer y relacionarse con un demonio. Sus alas se movieron inquietas ante la mera ilusión de que pudiera ser un demonio, como se distrajo el ave de fuego se espumo por decirlo así. Miro a un lado apartando la mirada de aquel peli castaño claro meditando un poco para poder tranquilizarse. Se podría decir que ella pudiera volar hacia el y presentarse, pero prefería esperar para ver ¿que ocurría? ¿como reaccionaria? Muchas preguntas empezaban a rondar por la cabeza de aquella chica de cabello pelirosado.

Lo miro escucho su voz lo examino,  era una joven lista. Sabían cuando la querían engañar pero se mostró ignorante  del tema. Lo observo sin decirle nada sin responderle o sin tomarse al menos la molestia de asentir. Simplemente  alzo la mano y el libro voló hacia ella, realmente el libro hacia lo que le vengaba en gana y ella prefería que fuera así, querida decirle que eran lo suficientemente lista para saber que su sonrisa patética no era del todo real. Al menos eso le hacia sentir que fingía los ángeles eran bueno en esas cosas, se levanto juntando sus alas luego avanzando a otro lado alejándose de ese joven de aspecto "importante" al menos eso parecía a aquella chica, no deseaba decir nada que hiciera caer mal  aquel joven por lo cual trato de pensar que podría decirle. Se detuvo girando un poco su rostro para decirle.

—   Si el libro va a usted, es cosa de el no cosa mía

Confeso con tono calmado neutral, ¿estaba enojada? Quizás triste desanimada o alegre no se podía notar, a veces solía verse con una cara y una voz tan inexpresiva que no se podía notar. Como demonios trataba de decir las cosas, sin un tono que acompañe a su voz ¿sarcasmo? ¿una pizca? No tampoco había dicho sarcarmo, sus orbes se tornaron en cruz, algo no tan bueno algo en sus entrañas. Le decía que aquel joven no era del todo "real" ¿curioso? ¿No? Algo que le causaba molestia la ponía así de mal humor.

Desplegó sus alas de nuevo batiendolas un poco, para poder estirarlas por lo cual una pluma multicolor. De tonos pasteles cayo al suelo, al momento que esta toco el césped la joven dio un fuerte batir de alas volando hacia una rama de un árbol, teniendo sombra y un lugar cálido para poder leer, le libro tardo unos segundos antes fe seguirla. Se mantuvo a nivel de aquel joven, luego voló hacia el árbol en donde se encontraba su dueña, por decirlo así. Ella estiro su mano tomando el libro frente a ella para abrirlo y empezar a hojear con calma aquellas paginas amarillentas, empezando a leer, eso la calmaba. Eso la tranquilizaba la meditación, no era algo que serviría ahora al menos, realmente curioso ¿no? Alguien quien reaccione mal solo por unas cuantas palabras, debido al instinto ¿y si se equivocaba? Por eso prefería mirarlo de lejos para ver si realmente se equivoco o no.

Se aburrió poco a poco al notar que no parecía ser un demonio, que desgracia para ella la mala suerte tocaba a su puerta. Así que avanzo con calma por la rama de aquel árbol semi cantando con voz melodiosa y e. Latín algunos conjuros. Era esos clásicos que tenía por instinto, el poder atravesar paredes o tan gruesas no podía atravesar murallas pero so paredes, y árboles.  Dicho cántico creaba un símbolo de color rojo intento con pequeñas flamas volando sobre el, parecían luciérnagas cubiertas de fuego. Solía hacer eso a menudo para practicar, al menos era lo que hacia en momentos libre cuando no andaba practicando alguna receta.

— Crescit et audite vocem eius ignis accensus, in via quae omnia bella devoratis. Crescit ardor apparet novam vitam dare.—


No deseaba andar estorbando a aquel joven ni mucho menos, desagradar a pesar de que no era la raza que ella esperaba. Realmente no quería andar estorbando, a medida que su voz suave como un arrullo suave algo que parecía derretir cualquier corazón. Parecía mas no lo haría al menos no del todo después de todo no era algo que controlaba a algún ser. Solo era un simple cántico del fuego al llegar al borde de la rama extendió sus alas volando hacia el centro de aquel círculo envolviéndose ella misma en aquel fuego que se tornaba de un color oscuro, opaco el rojo intenso y vivo, paso a ser un fuego negro y violeta. Una hermosa combinación de colores al gusto de aquella arcangel sus alas se movían creando una forma un poco tenebrosa ya que dicho fuego conformaron enormes alas las cuales parecían ser una extensión de las de ella.


Al ver que había cumplido con el hechizo este empezó a disolverse, el círculo que estaba en el suelo brillo con intensidad para luego desaparecer y el fuego. Poco a poco se desaparecía, ella se mantuvo mirando el fuego desaparecer estando en completo silencio.

Se quedo mirando el cielo, luego lo observo en silencio para luego sonreír de forma poco amable, era como esas sonrisas que saben que ocultas algo.


—Hasta cuando... —

Se callo enseguida, mientras pensaba que decir realmente no sabia si eso era correcto o no. Se quedo pensando un poco que decir " Quizás eres diferente o igual todo esto me resulta confuso... Así que si lo lastime...?... " negó un poco no era algo correcto por lo cual se quedo pensando de nuevo

Seria que actuó como esa gente que provocaba un dolor en el trasero ¿algo fuerte? ¿que tal era como una piedra en el zapato? Realmente ella era lista aunque en el ramo social era una completa idiota. Parecía que se encontraba arrepentida de lo que había dicho o lo que iba a decir, después de pensar un poco decide decir las siguientes palabras las cuales a su parecer eran correctas.

— mis mas sinceras disculpas lord. Realmente no se como socializar con otros individuos


Si ella justo ahora se encontraba dudando sobre su forma de actuar en ese momento. Por lo cual se inclino en el césped colocando su rodilla derecha en el césped la cual hizo una reverencia colocando su brazo derecho, sobre su pecho cerrando sus ojos mostrando algo de respeto mientras juntaba sus alas. Ella era realmente curiosa a pesar de ser un arcangel adoraba molestar a las personas. Pero en ese momento realmente entendió que no era algo muy grato que se diga por lo cual estaba toda herida y arrepentida por lo que iba a decir.


Pensaba en esos momentos como reaccionaria aquel joven, que parecía dar la imagen de un joven muy amable gentil y demás cosas, pero y si en realidad no era lo qur parecía ser que y si erñra una mascara odiaba las personas así, pensaba que gente así debería morir. En ese caso la tierra quedaría con muy pocos habitantes, al menos ella era sincera cuando no le agradaba alguien lo decía de frente y no andaba endulzando palabras o regalando sonrisas falsas. Aunque estaba pensando de mas en ese momento alzo levemente la mirada observando con sus orbes dorados al joven.


Luego se levanto para así alejarse y dejar en paz a aquel chico. No todos son iguales es la verdad, sus pasos continuaron con calma pisando aquel césped mientras sentía el calor del sol. Alzo la mirada de nuevo preguntándose cuando llovería, cuando estarían esas fuertes tormentas eléctricas que tanto adoraba, un suspiro leve escapo de sus labios mientras cerraba sus ojos.