Mi...¿compañera de cuarto? [Priv. Sephora]

por **Rhea E. Kaiser** Miér Feb 03, 2016 8:26 pm

Aquella mañana me encontraba bastante emocionada porque por fin tendría un lugar decente donde dormir. No era que menospreciara el lugar anterior, pero tener mi propio espacio era algo que realmente quería. Sólo imaginar el montón de cosas que podía hacer con toda libertad era suficiente para hacerme sonreír como tonta.

Mientras me hacía camino por el campus, y acomodaba a mi rebelde bufanda, me dedique a pensar en todas las cosas que haría en mi dormitorio. Tendré una esquina para pintar cuando se me antoje...o cuando tenga algún proyecto. Pero no pensemos en eso Rhea...¡Oh! Pondré estantes y los llenaré de mis jarrones de arena, sí, sí. Estaba tan metida en mis cosas que casi no vi un pequeño desnivel en el suelo y por poco me caía y desparramaba mi pobre alma sobre el suelo. Lo bueno que lo vi. ¿Podré tener animales? Sería lindo tener a alguien con quien hablar. O podría hablarme yo sola...no, mejor una ardilla o algo.

Llegué unos minutos después a los dormitorios de chicas. Campante me hice mi camino hasta mi habitación. En las oficinas me habían dado el número, también me dijeron otras cosas pero eso la verdad no lo escuché. Sólo sabía que todo empezaba con el número 17. Me reí por lo bajo mientras subía las escaleras. Entonces ya, en cuestión de segundos me encontraba frente a la puerta y con un ligero tinte rosado-a causa del entusiasmo- inhalé y suspiré. Después, abrí la puerta de un jalón.

-¡Hola vida de u—No termine de exclamar mi entusiasmo porque lo primero que vi al abrir la puerta fue a otra chica, que parecía tan sorprendida como yo, y me quede helada. Ahora, normalmente lo que uno hace en esos casos es cerrar la puerta, pedir una disculpa y retirarse. Lo que yo hice, sin embargo, fue meterme, cerrar la puerta de tras de mi y pegarme a ella como si me hubieran quitado el espacio. Y la miré confundida antes de ladear mi cabeza.

-Hola...¿Compañera de cuarto?

Spoiler:

por **Sephora Ui** Vie Feb 26, 2016 4:36 pm

Una de las desventajas de mi habitación en la universidad, sin lugar a dudas, era el tamaño. Desde que era un bebé había dormido en una estancia, como mínimo el doble de grande de la que me habían asignado al llegar a Solche, y aunque al principio el espacio me había sorprendido bastante, no tardé en acostumbrarme a él.
Si hablamos de ventajas, entonces había muchas: al estar yo sola, lo podía adornar como quisiera sin que nadie me obligara a quitar las cosas donde las tenía; como era más pequeña que las de mi casa, era mucho más fácil encontrar las cosas que a veces -sobretodo después de entrenar- dejaba tiradas por el suelo. Al poco tiempo de estar allí, había convertido aquel espacio en un sitio realmente acogedor, sin demasiadas cosas alrededor, pero siempre con lo indispensable a mano. Por otra parte, tuve bastante suerte con el número de puerta, ya que éste coincidía con mi edad, por lo que nunca tuve problemas a la hora de encontrar mi dormitorio -cosa que agradezco, ya que odio perderme-.

Aquel día era casi como otro cualquiera, aunque estaba más aburrida que de costumbre porque las actividades del club se habían suspendido por una reunión del entrenador con no-sé-quién. Sin saber qué hacer, decidí quedarme en la habitación, me gustaba perder el tiempo con un libro en la mano mientras descansaba tirada en cama con una gruesa manta en los pies para evitar que se enfriaran… Y así me encontraba yo, tan tranquila, hasta que de repente las puertas de la habitación se abrieron de par en par dejando ver a una chica que aparentaba mi edad, bastante motivada y con una maleta a su lado. Al verme, pareció estar tan sorprendida como yo, aunque tras unos segundos de silencio entre las dos, terminó por cerrar la puerta y acercarse demasiado a mi cara mientras decía un par de palabras que hicieron eco en mi cabeza “compañera de cuarto”.

Alcé una ceja mientras a miraba de arriba a abajo. No había recibido ninguna nota ni me comentaron nada, de eso estaba segura, así que lo más probable es que eso se tratara de un error, yo no podía tener una compañera de cuarto. Cerré los ojos durante una fracción de segundo para aclarar mis ideas, mientras me enderezaba un poco en la cama y aclaraba mi garganta, luego volví a mirarla con una mirada crítica. -Perdona, pero creo que te has equivocado. A mí no me han dicho nada de esto-dije mientras me levantaba de la cama y abría de nuevo la puerta -Lo mejor será que vuelvas a recepción para que te den otra habitación. Así que adiós.

Si tenía algo claro, era que no iba a compartir MI cuarto tan fácilmente.

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Re: Mi...¿compañera de cuarto? [Priv. Sephora]