Tan solo es un corte > Priv. Kishi Nakegura <

El movimiento de su caderas era constante y preciso bajo el ritmo de la música que sonaba a través de la radio que había puesto en la habitación, que le correspondía dentro de su fraternidad. Y seguro muchos de lo que pasan por el frente de su puerta se preguntarán ¿A que viene poner poner música tan movida tan temprano en la mañana? La repuesta es sencilla: hacer las mañanas mas movidas y dinámicas.

A Scarlet las cosas simples y monótonas le resultan aburridas por eso siempre busca hacer las cosas diferentes e interesantes. Aunque, aquellos que la conocen mejor saben perfectamente que es solo porque la chica es lo suficientemente imperativa e impulsiva como para hacer las cosas con tranquilidad, por eso aquellos que ya la han tratado lo suficiente como para conocerla bastante solo se ríen y niegan divertidos a escuchar a la que antes era un ángel, cantar junto con la artista al ritmo de la canción. Que suerte que la chica tuviera una muy bonita voz.

Tarareando la nueva canción, que comenzaba a reproducirse se ocupó de su vestimenta que consistía un simple vestido de color negro sin mangas, con corte en forma de corazón y que caía tres dedos por encima de sus rodillas, unas balerinas en tonos amarillo y crema, mas unas pantie medias en negro y como la mañana se sentía algo fría decidió ponerse un suéter de un amarillo suave. Se trenzó su largo cabello en tonos dorados dejando que reposara sobre su hombro izquierdo, ya lista salió a su próxima clase, historia del arte, claro apagando la música antes de partir.

Había salido con tiempo para tomarse un desayune antes de su primera hora de clase por lo que tomó camino a la cafetería, pero su caminar se detuvo al momento que sintió aquel dolor que escocía en su pie derecho, al bajar su vista notó que su media estaba rota y que en su piel se adornaba una larga linea de la cual brotaba sangre. Se había cortado. Buscó el objeto que la había herido, localizándolo como un pedazo de metal afilado que sobresalía de aquella puerta algo desgastada por los años, era un objeto pequeño y difícil de detectar a simple vista de echo se había dado cuenta que era eso porque parte de su sangre se encontraba en el objeto.

Temerosa y sin saber que hacer acerco su mano a la herida pero solo logro que el dolor aumentara un poco mas y que la sangre bajara con mas intensidad, soltó la herida al instante. ¿Ahora que iba a hacer? Ella antes tan solo era un ángel que nunca había experimentado ese tipo de dolor, aunque ella había escuchado de su padre celestial de que los humanos de manera constante sentían dolor tras lastimarse o ser lastimados, y que algunos eran curables otros sin embargo no y aquellos podían traer la muerte de la misma. Los ojos de la rubia se llenaron de lágrimas ¿Moriría? No, su padre celestial no lo permitiría, de eso estaba segura o al menos quería estarlo.

Las lágrimas se liberaron de sus ojos recorriendo su rostro para juntarse en su barbilla, - ¿Que haré? - susurró para ella viendo quien la podía ayudar, pero no había nadie estaba en uno de los pasillos menos transitados, soltó un leve suspiro y vio nuevamente la herida y la rubia recordó algo mas que había mencionado su padre celestial. Existen lugares al que vas para encontrar personas que te logran curar para calmar la herida y evitar el dolor, y Scar lo vio como una buena alternativa, sin tan solo supiera donde estaba aquel lugar.