Darsey O. Gobin

Es un chico alto, midiendo cerca de metro noventa. Hace mucho deporte, así que tiene el cuerpo acostumbrado y medianamente musculado, llegando a pesar alrededor de los setenta y cinco quilos. Tiene el cabello negro y corto, no demasiado suave y algo rebelde. La mayor parte está tirada a la derecha por gusto propio, aunque ya de natural tiende a ponerse así. Suele tener una mirada tranquila, pero por la forma de sus ojos suele confundirse por una amenazadora, lo que lleva a bastantes malentendidos. Sus manos son fuertes y rugosas por la costumbre de usarlas y recibir muchos golpes. Sus ojos son de un dorado oscuro, aunque no se nota demasiado ya que tiene los tiene pequeños y alargados, algo así como un gato. Tranquilo parece aburrido, risueño amigable, y serio da hasta miedo, según lo pensativo que esté. Es fácil verlo con una sonrisa, aunque también es muy común que esté mirando las musarañas.

Lo primero que se debería saber de él es que si no hace deporte con regularidad se pone de muy mal humor. No se privará de correr por las mañanas aunque nieve, llueva, o haya un terremoto. En general es el típico chico de diecisiete años, risueño, arrogante y con sus toques de vergüenza en según qué temas. La mayoría de veces está tranquilo y no irá a buscar aventuras fuera del deporte, prefiriendo quedarse en clase mirando por la ventana pasando el rato a salir por ahí a investigar. Es muy activo en la cancha, pero fuera de ella es vago, siguiendo la ley del mínimo esfuerzo en casi cualquier situación. Tiene bastante ego y las hormonas por el cielo, así que si lo retan o buscan pelea cae como un tonto. No le gusta pelearse, pero si hay que hacerlo, hay que hacerlo. Le gusta mucho pensar, estar sin hacer nada y dormir, aunque disfruta también de la buena compañía y una conversación agradable. Es tozudo, pero si ve que tiene que ceder termina haciéndolo aunque no tenga porqué. Le cuesta ser ser borde o "malo" con las chicas, aunque si ha dormido poco o está de mal humor (suelen ir juntas) no tendrá demasiados pelos en la lengua... o eso piensa él. Realmente es un trozo de pan, por muy cara de loco que pueda tener, y le molesta que piensen que es un macarra por llevar esos pelos. Es bueno dando abrazos al ser grande, y no le disgusta darlos. No es una persona demasiado cariñosa o romántica, pero cuando le da puede ser bastante mono, aunque él no aceptará jamás que lo es. Es tímido a la hora de conocer gente, aunque no es de los que se sonrojan por cualquier cosa. Si le sacas el tema de sopetón, hablando de sexo o parecidos es un desastre: se pone nervioso, se lía y termina diciendo estupideces. Sin embargo, si la conversación ya está animada y siente más o menos confianza con esa o esas personas con las que habla, no tiene ningún problema. Las personas demasiado animadas le molestan mucho, así que le gusta estar rodeado de personas que en general tengan las mismas ganas que él de no moverse más de lo necesario. No es difícil hacerlo sonreír, aunque sí reír a carcajadas. Es más coqueto de lo que uno se esperaría, sabiendo ser bastante seductor si el "sujeto" le interesa lo suficiente. Aun así es virgen y nunca ha tenido demasiadas novias (o al menos no que durasen más de un mes), así que tampoco puede alardear mucho del tema. Los chistes malos le hacen mucha gracia, al igual que la palabra "zanahoria". No sabe porqué. Es bastante leal a sus amigos, pero si está confundido o no sabe cómo reaccionar a algo se hará un lío y tendrá la sensación de que lo hace todo mal, así que con facilidad tardará o no podrá responder temas delicados, pese a que lo intente con toda su alma. Si algo lo tiene perturbado, le dará vueltas y vueltas hasta encontrar una solución satisfactoria. No está interesado en las cosas de arte con la excusa de que "es una pérdida de tiempo", aunque realmente sea porque se le da fatal. Odio pensar en su pasado o hablar de él, y si tiene que explicar cualquier cosa dará largas o cambiará de tema (o mentirá), prefiriendo contarle la verdad a personas de total y absoluta confianza. Cuando se enfada le da un corto ataque en los que grita y se mosquea con todo el mundo, pero si no se mete el dedo en la llaga a los quince minutos como mucho se le habrá pasado, aunque estando de mal humor puede pasarse la mañana entera refunfuñando.

Si bien es cierto que tiene la apariencia de un chico de diecisiete años, no sabe si realmente es así. Varias razas no-humanas sentían mucha curiosidad por los terrestres, pues era una raza con mucho potencial aunque aparentemente débil. Así pues decidieron averiguar más sobre ellos, y de una manera u otra terminaron por pasar de la teoría a la práctica. Pensaron que, si bien el ser humano ya de por sí era de los más fuertes a la hora de sobrevivir, ¿cómo sería uno que tuviera más capacidad para hacerlo? Con esa pregunta en la cabeza empezaron los experimentos para crear vida humana a partir de una probeta y cierta ayuda divina. Pasaron los años y parecía que no conseguirían nada, pero, cuando ya no quedaban más que un par de los que al principio formaban el grupo de investigación, los átomos empezaron a reaccionar, el ADN empezó a multiplicarse y la vida fue buscando su camino hasta crear un niño aparentemente normal.

Darsey no tiene muchos recuerdos de su infancia, ya que su cerebro no estaba muy bien desarrollado en esa época por algunos fallos de las investigaciones, que se arreglaron con el tiempo. Al principio no era nada del otro mundo: un niño con sus peculiaridades, pero un niño al fin y al cabo. Sin embargo, cuando empezó a demostrar que realmente tenía más capacidad que un ser humano común, los altos cargos de ciertas razas pensaron que sería una buena arma, o, en el caso de no servir para nada, un buen esclavo. No se sabe si los científicos tomaron parte en ese plan, pero Owen comenzó su entrenamiento a los siete años, cada vez buscando con más impaciencia la perfección en la imperfección. Hasta los quince años no supo nada, siempre creyendo que era "uno más" de su especie escogido por alguna razón por aquellos seres mágicos. Sin embargo, una noche, mientras daba una vuelta por las instalaciones por falta de sueño y muchos nervios al esperar un examen de ascenso, escuchó una conversación entre dos guardas. Allí, escondido tras una esquina, descalza y sin poder pensar, descubrió la verdad.

No esperó demasiado para escapar, aunque todavía se pregunta cómo pudo hacerlo. Huyó tan lejos y tan rápido como pudo, pero no había salido nunca de esas instalaciones, así que fue una tarea ardua y prefiere no recordar por encima de todo. Después de un par de años dando vueltas y con todos pisándole los talones oyó hablar de la escuela Solche. Decidió ir allí, creyendo que en ese sitio no podrían encontrarlo y, en el caso de que lo hicieran, sacarlo. Ahora sólo espera vivir como un humano normal, aunque sea rodeado de especies divinas, y saber exactamente qué es él.

Gustos:
-Le encanta el deporte y todo lo que exija utilizar el cuerpo
-La sensación de satisfacción después de sudar la gota gorda en algún deporte
-Ducharse después de hacer deporte
-El voleibol: es su deporte favorito
-Los días en los que no tiene que hacer nada
-Comer mucho (gasta mucha energía)
-Su pelo, le encanta
-Las chicas monas
-Los amigos
-Dormir cuando está cansado
-Estar con otras personas
-Aprender cosas nuevas

Disgustos:
-No poder hacer deporte
-Estar solo
-Estar mucho rato encerrado en un mismo lugar (por eso da muchas vueltas por los pasillos)
-Las cosas muy dulces
-Cuando tiene que luchar y pelearse con alguien
-Hacer daño
-Las personas desagradables
-No poder dormir
-Que le digan que tiene que cortarse el pelo/cambiarse el peinado
-No poder comer bien
-Recordar cosas de su pasado
-Las personas que desprecian a los humanos porque sí

Habilidades:
-Es muy bueno en prácticamente todos los deportes, aunque se le dan mejor los de tierra
-Luchar está en sus genes, aunque no quiera aceptarlo, y tiene tendencia a aceptar las peleas con más facilidad que el resto por eso. Una parte de él disfruta con eso, aunque al resto le horroriza esa idea
-Las ciencias se le dan bastante bien (herencia de sus "padres")
-Es muy ágil, así que, por ejemplo, no le cuesta nada abrirse de piernas. El que esté haciendo deporte constantemente ayuda a que ese factor no se pierda

Poderes:
-Tiene mucha capacidad física, siendo resistente y fuerte y haciendo que sea muy difícil que se canse. Pese a todo cuando más se cansa más se anima y motiva, así que realmente es más preocupante cuando empieza a sacar la lengua
-Tiene los sentidos algo más desarrollados que un humano normal, así que percibe las cosas facilidad, además de tener los reflejos más buenos

Debilidades:
-Si bien es cierto que se anima más cuanto más cansado está, ésto impide que se dé cuenta o que sepa dónde está su límite, así que si no va con cuidado puede desmayarse de golpe, sufrir un golpe de calor, tener una bajada de tensión o de azúcar, que algún músculo se le desgarre, etcétera.
-Las luces brillantes lo dejan parcialmente ciego cuando el resto de los humanos se quedan unos segundos aturdidos, y los ruidos fuertes lo confunden mucho

-Tiene mala memoria, ya que esa parte en especial los investigadores no terminaron de entender cómo funcionaba en el cerebro humano.
-Su mayor deseo es averiguar qué es él, ya que sabe que no es humano, pero tampoco sabe cómo llegó a poder vivir.
-Aprendió distintos tipos de artes marciales y cómo utilizar ciertas armas, aunque trata de olvidarlo todo, aunque sepa que su cuerpo no lo hará.
-Al haber pasado casi toda su vida en una zona cerrada con contacto casi nulo con las demás personas su sexualidad está algo atrasada, así que hace poco descubrió todo lo relacionado con ésta. Por eso a veces puede parecer inocente de más, y eso sin contar que está bastante mal informado
-Quiere estudiar biología para poder saber, algún día, más sobre sí mismo

Frase:
"La boca abierta al calor, como lagartos, medio ocultos tras un sombrero de esparto."

Nombre real del personaje: Kuroo Tetsurou
Nombre del anime/manga/videojuego, etc: Haikyuu!