The Cub of Hell | ID

Ya resulta raro que una criatura sobrenatural de orígenes siniestros no tenga una apariencia atractiva, ¿cierto? Las criaturas siniestras, maliciosas. Aquellas que provienen de la fosa infernal. Madre y creadora de la perdición y el caos. Sus hijos serán malévolos por naturaleza, y serán objetos de tentación y deseo. Tienen que serlo, pues el deseo es poderoso y arrastra a las criaturas hacia las fauces del monstruo… Un inicio un poco fuerte, sí, pero aplicable. Edith no será una súcubo, pero como todo ser que proviene de ya saben dónde, bueno, no es una excepción a cuanto apariencia física se refiere.

Esta demás decir que es una muchacha realmente bonita, ¿verdad? Oh vamos, no te contengas, sabes que esos preciosos ojos ambarinos te hechizaron tras la primera mirada. De frágil y agraciado rostro, Edith fue creada con el fin de ser un lobo envestido en la suavidad de la lana de una oveja. Ojos grandes y profundos en un atractivo color dorado, enmarcados en unas gruesas y provocativas pestañas. Su mirada solo te invita a apreciar mejor aquel lienzo destacado que es su cara;  nariz pequeña y respingada, liderando el paso de unas suaves y provocativas mejillas; y poco más abajo, encontramos unos labios gruesos y cautivadores, que esconden las palabras de una armoniosa y aterciopelada voz que solo se presenta en ocasiones especiales; labios dulces y rosados, que muchos ansían probar. Todas estas características enmarcadas con un lacio y sedoso cabello azabache que cae en delicadas hebras hasta la parte media de su espalda.

Ah, tranquilo, puedes mirar el resto sin ningún problema. Ella misma es consciente de que tiene una buena figura, y es la primera en cuidarla. El cuerpo de Edith es la viva representación del deseo y la tentación. Todo compactado en una conveniente altura de 1.66 m. Una figura esbelta, bien cuidada y curvilínea. Dotada con una piel nívea y tersa, suave y dulce al tacto; la joven cachorra fue “bendecida” con un bien proporcionado busto, caderas amplias que acentúan su pequeña cintura, y piernas largas bien torneadas. Siendo una joven muy consciente de su apariencia –y de su deber– Edith procura el perfecto cuidado de su cuerpo a base de constantes entrenamientos, que la han dotado de una envidiable condición física… Aunque sí, sus hábitos alimenticios pueden ser un tanto cuestionables.

En cuanto a su verdadera forma, bueno, es un perro del infierno, un guardián del inframundo. Su verdadera forma es la de un perro relativamente grande, poco más del tamaño promedio de un lobo. Posee un abundante y sedoso pelaje, alborotado y ciertamente de pinta felpuda, que se intercala en un color tan negro como el más oscuro foso del averno y un particular tono violáceo que va desde su abdomen hasta sus patas traseras y parte baja de la cola. Sus ojos amarillentos resplandecen en la oscuridad, como un faro que guía a la muerte hacia quien ose mirarla. En esta forma, Edith siempre carga con unos relucientes grilletes en las patas delanteras, en representación al compromiso con su deber como Hellhound. Le guste o no.



Nadar en las aguas del psique de esta cachorra es una excursión extensa y entretenida. Sí, Edith es una muchacha cuanto mínimo compleja, capaz de juntar tantas facetas en una convivencia armoniosa y equilibrada. No se puede escribir a la entidad de Edith con una sola palabra, se necesitan varias; así que pasemos una por una para comprenderla.

La primera palabra, y quizás la más influyente, podría ser “extraña. Edith es una jovencita con actitudes que escapan fuera de la normalidad, aun en un mundo tan bizarro como el que acoge a toda clase de criaturas en su haber. ¿Ejemplos? Bueno, más de una vez podrás encontrarla leyendo un buen tomo de Stephen King mientras está colgada de cabeza entre las ramas de un árbol. ¿Por qué hacer eso? Te preguntaras. ¿Y por qué no? Ella te contestará. Edith es una joven con carencia de inhibiciones a la hora de probar cosas nuevas, por muy tontas que sean las hará sin ninguna preocupación; como si fuera lo más normal, importándole un cuerno y medio si las personas la ven o no. Ella es rara, punto. Debajo de esa carita angelical y bonita, hay una muchacha con hábitos poco comunes, y el ejemplo de leer de cabeza es solo la punta del iceberg.

Las siguientes palabras podrían ser “paciente” y “determinada”, una combinación ciertamente peligrosa. La cachorra goza de una vasta y casi imperturbable paciencia, y hace falta tocarle una fibra extremadamente sensible para verla exasperar. Para Edith, enojarse o exaltarse negativamente es un desperdicio de energía y tiempo; tiempo que podría usarlo para otras cosas, como comer puré de papas en mitad de la biblioteca. Prefiere ver el vaso medio lleno constantemente, ver que las cosas pueden solucionarse con algo de cabeza fría. Esta paciencia fue desarrollada desde el día uno de su nacimiento, siendo de la raza que es, la paciencia y la determinación son claves vitales para la lucha y la casería. Así que esto da una idea bastante buena de lo que puede ser capaz cuando se trata de sus objetivos. Da igual el tiempo que tome, tiene una vida extremadamente longeva para eso, pero si esta chica quiere algo ya es un hecho que lo conseguirá, cueste lo que cueste. Por lo que vale la pena agregar unas dos palabras más a esta sección, las cuales serían “astuta” y “maliciosa”

“Curiosa” e “impresionable” son las siguientes palabras de nuestro diccionario. Edith es una observadora por naturaleza, ella prefiere ser la espectadora de esta maravillosa película llamada vida. Le gusta ver a la gente, observar sus vidas, ver como resuelven sus problemas diarios; le resulta infinitamente entretenido. Algunos podrían catalogarla de entrometida, cotilla, mirona, el que se te venga a la mente; y quizás lo sea. Le gusta observar. Para Edith el drama diario de las personas es mucho más divertido que cualquier película o telenovela que se pueda proyectar. Ella justifica este “pasatiempo” suyo alegando de que es una escritura, y necesita observar constantemente a las personas para lograr capturar los sentimientos y sensaciones del día a día en sus escritor… Y en parte es verdad, pero mayormente lo hace porque es una metiche.

“Silenciosa”, “peligrosa”, “leal”; básicamente, una cazadora. Siendo lo que es, Edith tiene con ella todas las aptitudes que podría tener un canino. Gánate su confianza, y te recompensara con su fuerza. No tiene pudor ni dudas en defender aquello o aquellos que considera parte de su “manada”, sea de forma discreta y sin contacto, o de forma violenta y sin escrúpulos. Muy territorial con su espacio personal; toca sus cosas o invade su territorio sin su permiso, y terminaras con graves quemaduras en todo tu cuerpo. Sin embargo, también es una jovencita cariñosa, dulce, atenta con esas personas a quien quiere; juguetona y alegre, con una constante sonrisa… Y en cuanto a la parte silenciosa… Es en un sentido muy literal. La chica no habla. No porque sea muda o sufra de mutismo selectivo. Edith es perfectamente capaz de articular palabras frente a otros, de hecho puede hacerlo en tres idiomas, pero simplemente no tiene nada que decir. Puedes estar compartiendo el cuarto con ella, o incluso compartir la mesa con ella y ni siquiera notaras que está ahí. Ya hablará cuando tenga que hacerlo. Hasta entonces, prefiere observar en silencio.

Gustos:

✔ Le encanta bailar, sea el estilo que sea.
✔ Leer y escribir es su vida. Su sueño es ser una escritora reconocida a través del tiempo.
✔ Las novelas de suspenso, las románticas y eróticas. Son sus géneros favoritos.
✔ Los libros de Stephen King.
✔ La música instrumental.
✔ Comer comida chatarra, desde dulces hasta hamburguesas. Su cena perfecta es una hamburguesa extra grande con doble queso y helado de chocolate como postre.
✔ A pesar de lo anterior, le gusta mucho cocinar, y es excelente cocinera.
✔ El fuego. Tiene tendencias de piromanía.
✔ Los perros... Resulta un poco obvio el porqué.
✔ Por inaudito que parezca, los gatos también le gustan.
✔ Los videojuegos.
✔ Observar a las personas.
✔ Cuando nadie nota que está cerca. Suele bromear diciendo que uno de sus poderes es la invisibilidad.
✔ A pesar de que el agua la debilita, le gusta ir a la playa.

Edith nació 13 de Octubre de 1864, en la mitad de un profundo bosque en la helada y fiera Noruega, siendo la última y más pequeña cría de una saludable camada de 5 cachorros de Hellhound… Vale la pena aclarar lo que es un Hellhound, ¿cierto?

Los Hellhound son mejor conocidos como los sabuesos del infierno. Perros demoniacos con la simple tarea de resguardar las distintas entradas al inframundo, además de ser los guardianes de tesoros sobrenaturales y guías de las almas perdidas. Una tarea bastante noble. Los Hellhound pueden venir en diferentes tamaños y colores, siendo extremadamente variados, pero siempre se asimilaran a un perro… Vamos, ¿Qué mejor ejemplo de la variedad de esta raza que el tío Cerbero? Héroe y modelo a seguir de Edith, a quien suele llamarle tío Cerby de cariño. También se cree que los Hellhound son guías de la muerta, a la cual atraen hacia cualquiera que hoce y tenga la capacidad de mirarlos. Si logras ver a un sabueso del infierno, ten por seguro que la parca te visitara dentro de poco… ¡Y esto es una burda mentira! ¡Los perros no atraen a la muerte, es al revés! Según Edith, la muerte apesta a comida chatarra y tocino, y por eso es tan fácil identificarla y seguirla. Si ves a un Hellhound no te vas a morir por eso, tu destino ya estaba fijado; el pobre perro solo pasaba por ahí.

En fin. Siguiendo con la historia.

Edith vivió el primer siglo de su vida siendo sobreprotegida y asfixiada por sus cuatro hermanos mayores y su padre. Incapaz de salir sola, de moverse por su cuenta, de hacer algo sin permiso.

Claro, era fieramente entrenada por su padre y su tío Cerbero. Sometiéndola a enfrentamientos a muerte con otras criaturas, en las que Edith evidentemente se alzaba victoriosa. La cachorra se mostraba como una fiera combatiente, digna candidata para su trabajo como futura guardiana de la entrada al inframundo… ¿Pero realmente triunfaba? Aquellas veces en que Edith pudo haber perdido; veces en las que se asomaba un atisbo de peligro; ocasiones en las que su vida corría peligro… Su padre o sus hermanos interferían.

De acuerdo a la charla de su tío Cerbero, al cual acudió en su momento de dudas y ansias de respuestas teniendo poco más de sus cien años… Su nacimiento era una bendición, por raro que suene viniendo de un perro demoniaco. Para los Hellhound, la reproducción es vital. El nacimiento de una hembra era extremadamente raro y celebrado, pues en la especie abundaban más las crías masculinas. Los Hellhound podían vivir todo un siglo sin ver el nacimiento de una niña; un siglo de frustración e incertidumbre. Las féminas de la especie eran atesoradas, cuidadas y amadas a un nivel casi obsesivo. Aparte, los machos son muy territoriales y celosos con sus mujeres, siendo que si algún otro fecundaba a una hembra comprometida, dicho otro y dicha hembra debían morir… Algo brutal, sí, pero era la ley de los perros. Y era por esto que Edith era tan cuidada y vigilada por sus padres y hermanos; y finalmente las cosas tenían cierto sentido para la niña, pues ahora entendía porque no conocía a otras hembras de su especie aparte de su madre y su abuela…

Sin embargo, pronto Edith llegó a aburrirse de la constante vigilancia y protección impuestas en ella. Y tras unos cincuenta años de lucha, rabietas, discusiones y gritos –es en serio, le costó cincuenta años–, logró convencer a su padre de dejarla explorar el mundo completamente sola.

El patriarca acepto, pero con varias condiciones. Edith no exploraría el mundo como un Hellhound, sino como una humana; de esta forma garantizarían su seguridad. La siguiente condición era que recibiera la apropiada educación para ayudarla a desenvolverse sin sospecha entre los humanos. La tercera, que lo llamara mínimamente cada tres días para darle un informe completo de cómo estaba. Y finalmente la cuarta… Bueno, que no se enamorará o se embarazara de nadie. Su padre puso especial énfasis a la última condición; amenazándola d obligarla a ver como torturaban, desmembraban y finalmente devoraban el triste cadáver del maldito infeliz… Y Edith acepto. Tras el correspondiente papeleo y una pomposa fiesta de despedida al todo estilo de perros, la cachorra partió en rumbo a Solche Prestige, ansiosa de comenzar su nueva vida. ¿Estaba asustada? No iba a mentir, sí lo estaba, un poco al menos. Sería la primera vez en 152 años en que estaría alejada de su familia, completamente sola y por su cuenta… Pero al diablo. Estaba ansiosa por empezar.

♦ Es excelente cocinera.
♦ Tiene memoria fotográfica.
♦ Su condición física es privilegiada, gracias a su carrera como bailarina y otros entrenamientos físicos que lleva a cabo diariamente.
♦ Sabe hablar alemán, noruego e ingles.
♦ Sabe tocar el violín, la guitarra y el piano.
♦ Es extremadamente ágil y acrobática.
♦ Gracias a lo callada que es suele pasar desapercibida.
♦ Su olfato la hace una excelente rastreadora.


♦ Piroquinesis: Los hellhound, o perros del infierno, están relacionados al fuego y al control de este. Como tal, Edith es capaz de controlar el fuego a su alrededor, y producir pequeñas cantidades de este. Lamentablemente, para la extensa vida de los hellhound, Edith aun es considerada una cachorra; por lo que su manejo es incompleto y volátil. Como dato curioso vale la pena mencionar que es capaz de comerse ciertas cantidades de fuego.
Duración de 3 post, con 3 post de reposo.

♦ Smell of death: También se dice que los hellhound son los sabuesos de la muerte, capaces de percibir cuando esta está cerca. Edith es capaz de oler cuando la muerte está cerca de alguien o de un lugar. Ojo, no es que ella lo provoque, simplemente puede olerla.

♦ Fuerza y Resistencia superior: Ha sido entrenada desde muy pequeña. Siendo sometida a duros enfrentamientos con otros perros demoniacos, Edith ha desarrollado una mayor resistencia y fuerza bruta, elevándola a un 30%.


♦ La lluvia. Aparte de no gustarle, también la debilita.
♦ Los olores fuertes. Su nariz es muy sensible, así que tiende a marearse.
♦ Los “Alpha”. Esto es curioso, pues Edith fue entrenada para obedecer a ciertas clases de personas con ciertas características. Quien reúna estas características es llamado “Alpha” en su manada, y eventualmente Edith termina sometiéndose.
♦ Sufre de claustrofobia.

PB: Izumi Wakoto
Procedencia: Lovely x Cation 2