Un rato a solas [Privado]

por **Joe E. McWhite** Vie Feb 26, 2016 9:29 pm

Créase o no, esa tarde libraba. Eso, en una persona normal, hubiera representado varias horas de descanso. Una película, tan vez, para coger sueño y echarse una siesta en el sofá. Pero yo no era una persona normal. Para empezar, ni siquiera era humano. "Tarde libre" significaba completa y total dedicación a la empresa, arreglando cuentas, cerrando tratos y preparando informes de veinte páginas para que todo estuviera en orden. Era el heredero de una importante sucursal americana y eso era lo que se esperaba de mí. Tenía unas responsabilidades, y pensaba cumplirlas a rajatabla, como siempre. Sin embargo, en un rincón de mi cabeza, meditaba qué habría hecho de haber tenido la tarde realmente libre. Lo primero que pensé fue dormir. Dormir ocho horas seguidas, sin interrupciones ni llamadas molestas. O, quizá, relajarme en el sofá para leer algo. Hacía mucho que no abría el libro que dejé a medias; ya ni sabía por qué página iba. O, tal vez, ir a cenar. Llevar a Zoe a un lugar bonito, de esos cuidados pero sin rozar la pijería para que ambos estuviéramos conformes. De pronto me apeteció mucho cerrar el portátil de golpe y tumbarme para no hacer nada. No hacer nada. Vaya, qué bien sonaba. Desde niño que no me paraba a mirar el techo sin más. Qué tiempos.

Suspiré y me masajeé el puente de la nariz, cansado. Miré la hora: las siete y media. La hora de cenar y todavía me quedaban montañas de papeles que clasificar. Cogí aire con un quejido y me puse manos a la obra, usando la voluntad que siempre me había acompañado. Quejándome no llegaría a ninguna parte. Apunté varias cifras en un folio y me llevé el lápiz a los labios por costumbre mientras comprobaba las cuentas de la empresa. En eso llamaron a mi móvil. Me quité el lápiz de la boca y respondí rápidamente sin apartar la vista de la pantalla.

-¿Sí? Ah, hola papá. Sí, en eso estoy. Las tengo delante.-bajé con el ratón unos cuantos renglones más-En general vamos bien. Los del sector de publicidad están un poco flojos, pero creo que se debe a que hemos renovado personal y todavía se están aprendiendo a coordinar. Sí, creo. No, no lo sé con seguridad, todavía no he leído el informe.-cerré los ojos con fuerza y escuché las críticas de mi padre, con su voz profunda y penetrante, que si te descuidabas, te visitaba en sueños para recordarte todo lo que te faltaba por hacer. Una delicia-Sí, terminaré de leerlos y te llamaré. Sí, de acuerdo. No, ellos van con retraso, pero ya está solucionado. Hemos adelantando la sesión para poder darles más tiempo. Ajam. Sí... espera que miro.-volví a llevarme el lápiz a los labios mientras comprobaba las fechas, concentrado. A los pocos segundos volví a hablar-Sí, aquí están. Ya han llegado, aunque con dos días de atraso. Ajam. Sí, lo comprobaré. De acuerdo.

Mi padre comenzó a hablar, pero el sonido de la puerta abriéndose me sacó del mundo de cifras y cuentas. Abrí la puerta del despacho y vi a Zoe llegar, tan campante y llamativa como siempre. Esbocé una sonrisa, pequeña y disimulada, y me acerqué al marco de la puerta.-Sí, sí, eso ya está hecho. La reunión es el lunes. El intérprete en teoría tiene que llegar un día antes.-seguí hablando mientras la saludaba con la mano sin apartar la vista de su cabello rojizo. Apoyé una mano en la cintura y fruncí el ceño, desviando la vista hacia un punto infinito de la ventana.-No, no nos servía. Tenía una conferencia en Francia justo ese día. Sí, sí, ya lo miré. Sí, varias veces. Sí, en la misma empresa. ¿Por qué debería buscar otras? Esa ya está bien, nunca nos ha dado problemas.-bufé lo más disimuladamente que pude y señalé mi majilla con el dedo para que Zoe me diera un beso.-Papá, tengo que colgar. Sí, te llamaré en cuanto esté listo. Adiós.-cerré de golpe el teléfono y lo metí en el bolsillo del pantalón, ya más tranquilo. Hablar con mi padre siempre me ponía nervioso. Especialmente si era por teléfono.-¿Qué tal el día?-le pregunté mientras me cruzaba de brazos con aire desenfadado.