Detrás de las muralla... [Tyrion Wigop - Mika Tanner]

-El caso de todo esto es que no puedes hacerlo!- Mi voz tierna y dulce se tornaba frustrada en este mismo momento y es que por mucho que intentarle explicarle todo lo que había pasado y lo que era o no era ético el muchacho parecía no captarlo e incluso hacer oídos sordos a lo que yo intentaba explicarle ¿Su excusa? Tenía muchísimos mas años que yo, pero parecía que hasta ese momento había vivido escondido en una cueva sin hablar con nadie, por su aspecto y su razonamiento ermitaño "¿Sería verdad acaso que la mayoría de edad llegaba de forma diferente a cada raza?" Aquel pensamiento divagó por mi cabeza hasta que de un suspiro se desvaneció en el aire. Sabía que el chico había obrado como había podido y que la mayor parte de la culpa la tenían los otros tres muchachos, pero siempre ocurría lo mismo y la cosa se estaba descontrolando a cada día. Negué por décima vez en un par de minutos, desaprobando su teoría y en cierta forma remarcando la mía.

-Escúchame, sé que ellos son los culpables de la mayoría del... - El muchacho si quiera me dejó terminar y replicó con fuerza y un enorme bufido -De toda- dijo cortante a lo que yo respondí con un largo suspiro -No- Ahora la tajante había sido yo, no podía permitirme dudar en un momento como este. -Ellos han tenido la culpa hasta que tu les has mandado volando de un plumazo, podrías haber matado a alguien ¿sabes?- reprendí como el centenar de veces anteriores y con un pequeño pero notorio golpe de la carpeta en mi escritorio. -Lo que ha pasado no te exime de tu culpa, tendrías que haber venido corriendo a contárnoslo, podríamos haberte ayudado y sin embargo lo que has conseguido es tener casi la misma culpa.-
Bajé la cabeza hacia mis dedos que acariciaban con las huellas la pequeña hoja de reportes, todavía dudaba. -Yo sé.. bueno, mas bien supongo que a estado sucediendo así que...- Un golpe me sobresaltó y mientras mis dorados ojos subían rapidamente hasta la fuente del sonido mi cuerpo se tensaba. -¿Entonces me va a reportar a mi también, sabiéndolo?- Sus ojos rojizos se fijaban en los míos, como si solo me dejase una alternativa. -No me queda mas remedio-

Otro bufido me alerto y me levante en cuanto otro golpe y otro grito hicieron eco por la sala vacía-¡¡No es justo!!- mis pequeñas manos golpearon la mesa remarcando la autoridad que merecía e intentando mantener la calma cosa que a penas conseguía -Al contrario, es completamente justo si contamos el echo de que ahora presentan graves quemaduras gracias a tu cortesía, entiéndelo, lo que hiciste te deja fuera de cualquier queja y..- callé en cuanto la puerta se abrió. Me moví muy poco ondeando con suavidad los mechones que caían por ambos lados de mi rostro, clavando mis orbes en la figura contraria intentando esbozar una pequeña y suave sonrisa. -Buenas tardes profesor- Mi mirada viajó hasta el muchacho- No te muevas, todavía no hemos terminado con esto ¿de acuerdo?- y tras una señal de advertencia me alejé y avancé con presteza hacia mi compañero.

Tenía que ser sincera, casi no nos comunicábamos, no por el echo de que no quisiese conversar con el o tuviese algun tipo de problema, pero su alma parecía tranquila en todo momento y lo último que desearía era molestar, por muy tonto que pareciese. -Madre mia que dia- añadí con un suspiro y una triste sonrisa, negando con las manos- Pero bueno no se preocupe por la interrupción y mejor dígame, ¿Que ocurre profesor? ¿Necesita ayuda con algo?-

Mientras mi mano masajeaba mi propia nuca y mecía un tanto aquellos mechones rebeldes que a duras penas mantenía tras la diadema, mi mirada no se apartó de mi compañero. Pocas palabras habíamos intercambiado mas por cortesía que por otra cosa y aun que mi centro requería y tenía la necesidad de un trato cordial y calmado, el profesor siempre parecía extrañamente ocupado. Había echo todo lo que estaba en mi mano para nunca molestarlo mas de lo necesario, con papeles o burocracia dentro de ese centro, pero ahora lo estaba haciendo. Suspiré con cierta fuerza, mas cansada que molesta por cualquier de sus palabras y con una tierna sonrisa, en parte apenada le respondí sin pudor. -Créame, yo no querría otra cosa que estar aquí para descansar, pero es el mejor sitio para tratar este tipo de cosas, todos los papeles y reportes han de hacerse aquí- tranquila aparté por primera vez la mirada hasta el muchacho.

Mi cabeza trabajaba a toda la velocidad que era capaz para intentar acabar aquel trabajo lo mas rápido posible y lo mas justo que era capaz, pero también quería aprendizaje para que esto no pudiese volverse a pasar. Aquel muchacho aún no tenía una muerte en su historial y prefería que siguiese así.
Giré para volver a prestar atención al moreno, con cierta sorpresa, entendía que esto le molestase pero lo que nunca hubiese esperado es que se ofreciese voluntariamente, no después de haber sido reprochada un poco por tanto problema. Suspiré poniendo una mano sobre mi pecho, calmando en cierta forma aquella opresión y extendí mi sonrisa.
-Verá, al parecer el muchacho es.. bueno... es bastante solitario y callado, algo problemático en clase pues no parece comprender que los profesores tengan la autoridad. Al parecer unos muchachos por ese comportamiento le tomaron como presa de algunas burlas. Sin embargo los muy canallas lo hacían a escondidas y el muchacho no lo reportó nunca. Pero esta mañana parece que se hartó y terminó atacándoles con una bola de fuego. Los muchachos están reportados y en la enfermería siendo tratados.-

Me crucé de brazos -El problema está en que no comprende que haya obrado mal y yo ya no se como intentar explicárselo. Está bien claro que esto podría haber terminado en una desgracia.- Negué con la cabeza un tanto, contrariada por cada uno de los sucesos acontecidos.