Tricia Krupp

Las estrellas, un universo lejano que al mismo tiempo parece que podemos alcanzar con sólo estirar la mano, rozarlo con los dedos. Siempre nos han fascinado los planetas, la lejanía, los astros… Los primeros recuerdos de Tricia comienzan en una pequeña casa situada a las afueras de Núremberg, en Alemania, pegando su pequeño ojo a la mira del telescopio, mientras su padre le explicaba una a una cada constelación, y las diferentes teorías de los astrónomos del momento. Durante su más tierna infancia, la peliverde no fue consciente de que ella misma era un fenómeno, de lo diferente que resultaba al lado de sus compañeras de clase que, de hecho, nunca la vieron con buenos ojos. Era rara, podía hacer cosas que nadie más era capaz de lograr… y eso le costaba el rechazo de aquellos seres más cercanos a ella, excepto claro sus familiares. Aislada de los demás por voluntad propia, se centraba en sus libros de astronomía y los cielos que podía explorar desde donde estaba, sin comprender que incluso sus aficiones… le venían dadas por su peculiar naturaleza. El tiempo pasaba, la niña crecía… y empezó a buscar respuestas a todos aquellos interrogantes que la reconcomían por dentro. ¿Por qué era capaz de encender la televisión sin mando a distancia? Cuestiones que aunque extrañas, a ella se le hacían de lo más comunes, al menos hasta que llegó a la temida adolescencia.

Fue en ese momento, cuando acababa de cumplir catorce años, cuando sus padres la hicieron sentarse a la mesa de la cocina, con ellos enfrente, y le explicaron la verdad… Que ellos no eran sus verdaderos padres. La habían encontrado tiempo atrás, cuando apenas era un bebé, dentro de una misteriosa cápsula hecha de un material parecido al metal, sin llegar a serlo. La habían acogido, cuidado… intuyendo que los servicios sociales no habrían hecho ningún bien en esa situación. Tricia quedó impactada por esa noticia… por saberse extraña, y empezó a atar cabos… comprendiendo que no era humana. Investigó, como ratón de biblioteca se sumió en libros, ordenadores buscando cualquier modo de averiguar cosas sobre su pasado, sobre sus orígenes. Hasta que, después de tres años, un misterioso hombre llegó a su vida. Pareció reconocerla, asociarla a una especie concreta de la cual él también era miembro. Le explicó que era una alienígena, que no conocía su procedencia, pero que sabía de un lugar donde podría adaptarse un poco mejor a su condición, y quizás seguir averiguando datos.

Tricia ha tardado dos años en decidirse, dos largos años en los que se ha visto muchas veces superada por las dudas y por las críticas ajenas. Pero por fin… ha llegado a Solche Prestige, para estudiar, acostumbrarse a su propio ser y averiguar todo lo que pueda sobre su familia y sus peculiares orígenes.

-Cuando usa sus poderes aparecen por su cuerpo marcas brillantes, rojizas, que parecen tener luz propia.
-No es muy amiga de los deportes.
-Es muy buena estudiante, por lo general.


"Que han vertido en ti cien pueblos para que pintes de azul sus largas noches de invierno. A fuerza de desventuras tu alma es profunda y oscura''