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Absolutamente todas las tablillas utilizadas en el foro fueron creadas por el staff, y únicamente para nuestro foro. Muy por el contrario, ninguna de las imágenes nos pertenece, aunque todas han sido editadas en photoshop por el Staff. Las imágenes han sido sacadas de Zerochan, Pixiv y Deviantart. Los físicos de Galamoth son de "Nafah" en deviantart también.
Agradecemos a foroactivo por los tutoriales. Por último especificamos que todo el material que los usuarios posteen aquí pertenece solo al usuario. El plagio no será tolerado, sean originales, por favor.
Quiero agradecer primordialmente a mi staff, que ha sido quien me ha motivado a seguir con este proyecto. Agradezco especialmente a Kashia Bythesea por ayudarme a buscar las imágenes para variadas labores, siempre muy dispuesta. Agradezco especialmente Darsey O. Gobin por impulsarnos a salir adelante incluso aunque los tiempos se vean difíciles y comencemos a cansarnos. Así es como se sale adelante: en equipo y con amor.
Por último y muy importante agradezco a todos los usuarios que han mantenido a este foro vivo, muchas gracias.
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Érase una vez... [Libre]
2 participantes
Solche Prestige :: Explanada :: Jardines
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Érase una vez... [Libre]
El viaje hasta la universidad Solche Prestige había sido desesperantemete largo, de hecho, había tenido que -sin exagerar- atravesar medio mundo para llegar. El trayecto había sido lo más emocionante que había hecho nunca, salvo, quizá, aquella vez que me escapé de casa, aquello sí que fue REALMENTE emocionante.
Pero, volviendo al tema, allí estaba yo, henchida de sueños, optimismo y sonrisas, casi saltando por los pasillos y aguantándome para no cantar. Después de dejar la maleta en el dormitorio de mi fraternidad, Rhino's, decidí que no podía irme a la cama sin explorar aquello y descargar un poco de la alegría que despedía por los cuatro costados. Con lo que volví al tránsito de los pasillos, y, siguiendo algo así como un instinto, llegué a un remanso de paz.
El jardín.
Y es que ya echaba de menos la naturaleza, sentir la vida rodearme, las flores, los árboles, los pájaros... Como el que me observaba con curiosidad desde una rama. Tenía cara de querer conversación. Y, bueno, probablemente yo también, porque llevaba varias horas conteniendo el desbordamiento de sentimientos que revolucionaban mi interior, y, con ello, sin abrir la boca. Le sonreí, recordando que, en mi forma humana, no era capaz de entender lo que me decía. Así que, sin pensarlo demasiado, dejé salir a mis alas de donde quiera que las tuviera, dejándolas caer como una capa a mi espalda, con un suspiro de alivio. Entonces sus gorjeos se convirtieron en palabras y yo trepé hasta colocarme a su lado, en la rama. Luego me arrepentí de no haberme puesto ropa más adecuada que aquel sencillo vestido blanco; aunque mejor pensado, tenía suerte, porque dejaba salir las alas sin problemas.
El pájaro decía, yendo diréctamente al grano, como todas las aves pequeñas; decía que tenía hambre y que sus pollitos no habían roto todavía el cascarón. Yo negué con la cabeza, pues me había dejado el bolso en el dormitorio, donde solía llevar algo de pan para estas situaciones. También me advertía de que había un halcón por aquellos lares, que tuviera cuidado, información que le agradecí con dulzura. Resultó que "la gente grande" tenía un gato que se había comido a su pareja, pero que había encontrado a una persona que, a veces, dejaba caer trozos de comida. Iba a contarme algo más, pero alzó de pronto el vuelo, sin despedirse ni nada (que grosero), asustado porque alguien se acercaba.
Pero, volviendo al tema, allí estaba yo, henchida de sueños, optimismo y sonrisas, casi saltando por los pasillos y aguantándome para no cantar. Después de dejar la maleta en el dormitorio de mi fraternidad, Rhino's, decidí que no podía irme a la cama sin explorar aquello y descargar un poco de la alegría que despedía por los cuatro costados. Con lo que volví al tránsito de los pasillos, y, siguiendo algo así como un instinto, llegué a un remanso de paz.
El jardín.
Y es que ya echaba de menos la naturaleza, sentir la vida rodearme, las flores, los árboles, los pájaros... Como el que me observaba con curiosidad desde una rama. Tenía cara de querer conversación. Y, bueno, probablemente yo también, porque llevaba varias horas conteniendo el desbordamiento de sentimientos que revolucionaban mi interior, y, con ello, sin abrir la boca. Le sonreí, recordando que, en mi forma humana, no era capaz de entender lo que me decía. Así que, sin pensarlo demasiado, dejé salir a mis alas de donde quiera que las tuviera, dejándolas caer como una capa a mi espalda, con un suspiro de alivio. Entonces sus gorjeos se convirtieron en palabras y yo trepé hasta colocarme a su lado, en la rama. Luego me arrepentí de no haberme puesto ropa más adecuada que aquel sencillo vestido blanco; aunque mejor pensado, tenía suerte, porque dejaba salir las alas sin problemas.
El pájaro decía, yendo diréctamente al grano, como todas las aves pequeñas; decía que tenía hambre y que sus pollitos no habían roto todavía el cascarón. Yo negué con la cabeza, pues me había dejado el bolso en el dormitorio, donde solía llevar algo de pan para estas situaciones. También me advertía de que había un halcón por aquellos lares, que tuviera cuidado, información que le agradecí con dulzura. Resultó que "la gente grande" tenía un gato que se había comido a su pareja, pero que había encontrado a una persona que, a veces, dejaba caer trozos de comida. Iba a contarme algo más, pero alzó de pronto el vuelo, sin despedirse ni nada (que grosero), asustado porque alguien se acercaba.
Ysabeth Blaszczykowski- Sexo :
Raza : Hada
Mensajes : 13
Galmos : 51211
Reputación : 0
Re: Érase una vez... [Libre]
No era como si leer le volviese loco de la felicidad, pero tampoco le desagradaba, solamente prefería invertir su tiempo en escritos que hallaba interesantes únicamente. Y en eso estaba, recostado sobre la cama de su habitación, cuando una irritable música comenzó a resonar en la habitación de al lado. Normalmente a esas horas la fraternidad estaba prácticamente vacía, entonces era incomprensible el porqué debía tolerar tal barullo justo al lado cuando él sólo quería leer un poco. Se incorporó y golpeó la pared incontables veces para llamar la atención de sus vecinos, pero nada. Algo más molesto, Cyril se paró del colchón y se vistió con ropas oscuras para proteger mejor su piel de la luz del día, sacó una sombrilla tan negra como encontró y salió de su habitación intentando encontrar un lugar dónde poder leer, pero lamentablemente en todas partes habían personas hablando o jugueteando, lo cual distraería más de una vez la lectura del pelirrojo.
Mientras caminaba por el exterior, cubriéndose del sol con su sombrilla, divisó a las cercanías un árbol tan tupido que le permitiría cubrirse de la luz solar y leer tranquilamente en un ambiente más natural.
En cuanto llegó ahí, sonrió para sí mismo sin dejar de acercarse a la fresca sombra que proporcionaba el árbol, tomó asiento sobre el césped para luego cerrar y apartar su sombrilla, revisó su piel que estaba totalmente a salvo y alzó la vista hacia la copa del árbol en forma de agradecimiento por haberlo encontrado. Entonces se sorprendió al ver una pequeña figurita vestida de blanco sobre una de las ramas. Luego de pestañear unas cuantas veces para corroborar que se trataba de alguien real, sonrió con ligereza por la curiosa manera en que se había encontrado con aquella chica de cabellos rubios.
—Buenos días—Su voz denotaba tranquilidad.—Lamento no haberte visto antes, no sabía que este lugar estuviese ocupado...—La miró con un poco más de atención, causándole extrema curiosidad la razón por la cual ella estaba allí en lo alto — ¿Interrumpí en algo?
Mientras caminaba por el exterior, cubriéndose del sol con su sombrilla, divisó a las cercanías un árbol tan tupido que le permitiría cubrirse de la luz solar y leer tranquilamente en un ambiente más natural.
En cuanto llegó ahí, sonrió para sí mismo sin dejar de acercarse a la fresca sombra que proporcionaba el árbol, tomó asiento sobre el césped para luego cerrar y apartar su sombrilla, revisó su piel que estaba totalmente a salvo y alzó la vista hacia la copa del árbol en forma de agradecimiento por haberlo encontrado. Entonces se sorprendió al ver una pequeña figurita vestida de blanco sobre una de las ramas. Luego de pestañear unas cuantas veces para corroborar que se trataba de alguien real, sonrió con ligereza por la curiosa manera en que se había encontrado con aquella chica de cabellos rubios.
—Buenos días—Su voz denotaba tranquilidad.—Lamento no haberte visto antes, no sabía que este lugar estuviese ocupado...—La miró con un poco más de atención, causándole extrema curiosidad la razón por la cual ella estaba allí en lo alto — ¿Interrumpí en algo?
Hòng Ba- Sexo :
Mensajes : 14
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Re: Érase una vez... [Libre]
Cuando miré hacia abajo, resultó que, el "algo" que había asustado al pajarillo, no era un "algo", sino un "alguien". Un chico, vamos. Y eso me alegró mucho, ya que, lo segundo más divertido del mundo (después de la cocina), es volar. Y lo tercero es hablar con los animales. ¡Pero lo cuarto es hablar con las personas! ¡Hablar con las personas es muy guay!
El chico llevaba algo así como un paraguas, y eso me pareció extraño, ya que no llovía, pero lo dejé estar. Otra cosa que salía de lo normal era eso de que se mirara la piel ¿es que le tenía alergia al sol? ¿Cómo se puede tener alergia a algo tan maravilloso? ¡Si el sol es genial!
Mientras estaba preguntándome qué le pasaba, reparé en que me estaba mirando, y que sonreía. Así que esbocé la sonrisa más grande que tenía. Debía ser simpática si quería hacer amigos. Cuando me dio los buenos días, yo le saludé, agitando la mano. Y, antes de que añadiera nada más, me dejé caer de la rama, que no era alta, pero, aunque lo hubiera sido, tampoco habría importado, ya que llevaba las alas a la espalda y no me había dado cuenta de ocultarlas. Le miré, con la curiosidad pintada en mis pupilas azules, y luego me senté a su lado, a una distancia prudente para reaccionar si él no quería que yo estuviese ahí.
-No, bueno, sí, había un pájaro que me estaba contando que un gato se había comido a su pareja, pero tampoco es que fuera algo muy importante.-le tendí la mano con energía para presentarme-Soy Ysa-miré su pelo, tan rojo, curiosa-¿Y por qué tienes el pelo rojo?- pregunté. Era la primera vez que veía esa coloración capilar, y me resultaba muy emocionante. Rojo es el fuego y rojo es la sangre. El fuego sirve para cocinar, y eso es bueno, pero la sangre significa daño, y eso es mal. Así que adquirí un tono serio para preguntar-¿Es rojo como el fuego o rojo como la sangre?-Y sí, era consciente de que no cerraba la boca ni le estaba dejando hablar, así que procuré contener todas mis preguntas para dejarle a él contestar.
El chico llevaba algo así como un paraguas, y eso me pareció extraño, ya que no llovía, pero lo dejé estar. Otra cosa que salía de lo normal era eso de que se mirara la piel ¿es que le tenía alergia al sol? ¿Cómo se puede tener alergia a algo tan maravilloso? ¡Si el sol es genial!
Mientras estaba preguntándome qué le pasaba, reparé en que me estaba mirando, y que sonreía. Así que esbocé la sonrisa más grande que tenía. Debía ser simpática si quería hacer amigos. Cuando me dio los buenos días, yo le saludé, agitando la mano. Y, antes de que añadiera nada más, me dejé caer de la rama, que no era alta, pero, aunque lo hubiera sido, tampoco habría importado, ya que llevaba las alas a la espalda y no me había dado cuenta de ocultarlas. Le miré, con la curiosidad pintada en mis pupilas azules, y luego me senté a su lado, a una distancia prudente para reaccionar si él no quería que yo estuviese ahí.
-No, bueno, sí, había un pájaro que me estaba contando que un gato se había comido a su pareja, pero tampoco es que fuera algo muy importante.-le tendí la mano con energía para presentarme-Soy Ysa-miré su pelo, tan rojo, curiosa-¿Y por qué tienes el pelo rojo?- pregunté. Era la primera vez que veía esa coloración capilar, y me resultaba muy emocionante. Rojo es el fuego y rojo es la sangre. El fuego sirve para cocinar, y eso es bueno, pero la sangre significa daño, y eso es mal. Así que adquirí un tono serio para preguntar-¿Es rojo como el fuego o rojo como la sangre?-Y sí, era consciente de que no cerraba la boca ni le estaba dejando hablar, así que procuré contener todas mis preguntas para dejarle a él contestar.
Ysabeth Blaszczykowski- Sexo :
Raza : Hada
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Re: Érase una vez... [Libre]
La muchacha agitó su mano para corresponder su saludo de forma bastante amigable, lo cual agradó de sobremanera al vampiro; y no fue hasta el momento en que la chica descendió del árbol de un salto en que notó que un par de alas adornaban su esbelta espalda. Cyril mantenía una sonrisa ligera sobre sus labios y apartó su sombrilla para no estorbar el asiento improvisado de la chica, fue agradable para él saber que su presencia no molestaba a la chica y, además, ella correspondía a una charla simple.
Alzó una ceja ante el comentario inusual de la chica y, acomodándose de una manera que le permitía mirar mejor a la chica, sonrió. Ella parecía ser alguien con bastante energía, y sin tener tiempo para preguntar por ese "pájaro" estrechó con suavidad la mano de ella.
—Un gusto, mi nombre es Cyril. Pero puedes llamarme como gustes.— Dijo en un relativo "voto de confianza". Entonces no pudo evitar exhalar un pequeño cúmulo de aire envuelto en una sonrisa entretenida. —No lo sé, podría decir que nací con este color de cabello.— Respondió ante aquella pregunta que lo había pillado desprevenido. Pero aún así, hubo otra pregunta que lo descolocó expresamente. Tomando un mechón de cabello con la punta de sus pálidos dedos, lo observó con dificultad; entonces suspiró y esbozó una sonrisa —Nh, no estoy seguro pero… puede que sea como el fuego.— Murmuró con voz calmada. Sí, él era vampiro, pero no le gustaba hablar de sangre con otros; era un alimento privado, una forma de vida que restringía a las demás y, por ende, Cyril no estaba de acuerdo en andar publicando ni compartiendo ese tipo de detalles con los demás.
Enseguida, volvió la vista a la chica. —Ahora que pongo un poco más de atención, no recuerdo haberte visto antes ¿eres de primer año?— cuestionó de forma formal, pero no repelente. Y luego de observar sus azules y grandes ojos, recordó lo comentado anteriormente y soltó una pequeña risilla apenas audible. —Sobre lo de antes, señorita Ysa, me hablaste de un pájaro, su historia era un poco triste, pero ¿Cómo pudiste comunicarte con él?— no era que no le creyera, al contrario, le parecía un detalle sumamente interesante y digno de tratar.
Hòng Ba- Sexo :
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Re: Érase una vez... [Libre]
El chico se presentó como Cyril, y me invitó a llamarle como yo quisiera. Me reí interiormente ante la reacción que él podría tener si le apodara Cicí.
-Oh, si tu pelo es fuego entonces está bien. El fuego es amigo y tu naciste con él.-Sonreí. De verdad que ese color era genial.
Luego me preguntó si era de primer año, a lo que asentí con brío. Sí, acababa de llegar así que era de primer año. ¡Y me decía "señorita Ysa"! Caray, nadie me había dicho así nunca. Como mucho mi nombre completo, pero nunca me habían puesto "señorita" delante. Eso me hizo sentir importante, como una reina, o, no sé, alguien con poder y responsabilidad y decisiones y criados.
Me extrañé un poco cuando me preguntó sobre cómo hablaba con el pájaro, hasta que caí en que no todo el mundo podía hacerlo, es verdad que aunque yo lo tuviera normalizado porque sólo me había relacionado con hadas hasta entonces, para los demás no lo era.
-No lo sé, nací así-dije, imitando su respuesta, seguida de una carcajada-a ver, yo soy un hada, y esto es normal para mí, así que te lo explicaré lo mejor que pueda. Cuando tengo las alas desplegadas, puedo entenderlos a ellos igual que te entiendo a ti, y ellos comprenden también lo que les digo. Sin embargo, cuando hago esto,-guardé las alas-pues tan sólo loigo a los animales como los oiría cualquiera, es decir, sus trinos, rugidos, ladridos o lo que sea, son eso, sonidos sin sentido.-suspiré-Pero si pudiera te regalaba ese don, porque, a cambio, no puedo tocar la sal ni el hierro, y eso me dificulta tremendamente los estudios de cocina.
-Oh, si tu pelo es fuego entonces está bien. El fuego es amigo y tu naciste con él.-Sonreí. De verdad que ese color era genial.
Luego me preguntó si era de primer año, a lo que asentí con brío. Sí, acababa de llegar así que era de primer año. ¡Y me decía "señorita Ysa"! Caray, nadie me había dicho así nunca. Como mucho mi nombre completo, pero nunca me habían puesto "señorita" delante. Eso me hizo sentir importante, como una reina, o, no sé, alguien con poder y responsabilidad y decisiones y criados.
Me extrañé un poco cuando me preguntó sobre cómo hablaba con el pájaro, hasta que caí en que no todo el mundo podía hacerlo, es verdad que aunque yo lo tuviera normalizado porque sólo me había relacionado con hadas hasta entonces, para los demás no lo era.
-No lo sé, nací así-dije, imitando su respuesta, seguida de una carcajada-a ver, yo soy un hada, y esto es normal para mí, así que te lo explicaré lo mejor que pueda. Cuando tengo las alas desplegadas, puedo entenderlos a ellos igual que te entiendo a ti, y ellos comprenden también lo que les digo. Sin embargo, cuando hago esto,-guardé las alas-pues tan sólo loigo a los animales como los oiría cualquiera, es decir, sus trinos, rugidos, ladridos o lo que sea, son eso, sonidos sin sentido.-suspiré-Pero si pudiera te regalaba ese don, porque, a cambio, no puedo tocar la sal ni el hierro, y eso me dificulta tremendamente los estudios de cocina.
Ysabeth Blaszczykowski- Sexo :
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Re: Érase una vez... [Libre]
Observó a la rubia un poco intrigado ante su relación de lo "bueno" con el fuego, entonces, si el fuego era bueno ¿la sangre era mala? Aunque él no lo consideraba así, no podía globalizar, lógicamente para un vampiro pero de inmediato lo dejó pasar. Ella era alguien bastante curiosa, de verdad, muy interesante a su parecer. No sería malo invertir un poco de su tiempo manteniendo una conversación con ella.
—Bueno, gracias por eso.— Correspondió a la sonrisa de la chica con una de cordialidad. Hizo una mueca de interés cuando ella afirmó ser de primero, eso explicaba el por qué no la había visto por el campus antes, sin duda, si se hubiese encontrado con ella antes la recordaría, puesto que era una chica tan singular.
En un principio no entendió la broma hasta que la chica rio, entonces se permitió soltar una pequeña risa cerrando sus ojos y desviando su cara. Luego abrió con lentitud sus párpados y le dirigió una mirada por el rabillo de sus ojos.
—Que curioso…— admitió con tranquilidad —nunca imaginé que las hadas pudiesen hacer eso, bueno, a decir verdad, nunca antes había conocido una. Pero creo que es un poder bastante útil y genial.— Alzó una ceja ante el comentario de la chica —Ya veo, debe ser difícil siendo que en la cocina se utiliza mucho eso.— Recogió sus piernas apoyando sobre una de sus rodillas su codo y al mismo tiempo su mentón en la mano. —Pero creo que te entiendo— señaló su sombrilla negra y seguido a ello su ropa de la misma tonalidad. —Como verás, mi piel no tolera la luz solar, me hace muy mal y me es difícil hacer cualquier cosa durante el día.— Rio con sutileza, cubriendo su boca con el dorso de su mano. —Pero no gracias, si me dieras tu poder entonces sería más inútil de lo que soy ahora, creo que es una dificultad que sabrás superar bien…
Apartó su libro, ya se le habían ido las pocas ganas de querer leer, ¿para qué? Era más interesante pasar el rato conociendo a otros antes que en solitario, siempre podría estar solo y silencioso una vez volviera a su habitación. Pero ahora que por fin se había decidido a salir de día, no quería volver tan rápido. —Ahora que lo mencionas, también sé cocinar un poco, pero no creo que sea tan bueno.— Mencionó con humildad, como era vampiro, no tenía un gusto tan delicado como los demás, asique no podría saber con certeza qué sabía bien o mal, pero las pocas veces que había cocinado para los demás había conseguido buenas críticas. —¿Cuál es tu especialidad, señorita Ysa? ¿La pastelería o tal vez platos más de fondo?
—Bueno, gracias por eso.— Correspondió a la sonrisa de la chica con una de cordialidad. Hizo una mueca de interés cuando ella afirmó ser de primero, eso explicaba el por qué no la había visto por el campus antes, sin duda, si se hubiese encontrado con ella antes la recordaría, puesto que era una chica tan singular.
En un principio no entendió la broma hasta que la chica rio, entonces se permitió soltar una pequeña risa cerrando sus ojos y desviando su cara. Luego abrió con lentitud sus párpados y le dirigió una mirada por el rabillo de sus ojos.
—Que curioso…— admitió con tranquilidad —nunca imaginé que las hadas pudiesen hacer eso, bueno, a decir verdad, nunca antes había conocido una. Pero creo que es un poder bastante útil y genial.— Alzó una ceja ante el comentario de la chica —Ya veo, debe ser difícil siendo que en la cocina se utiliza mucho eso.— Recogió sus piernas apoyando sobre una de sus rodillas su codo y al mismo tiempo su mentón en la mano. —Pero creo que te entiendo— señaló su sombrilla negra y seguido a ello su ropa de la misma tonalidad. —Como verás, mi piel no tolera la luz solar, me hace muy mal y me es difícil hacer cualquier cosa durante el día.— Rio con sutileza, cubriendo su boca con el dorso de su mano. —Pero no gracias, si me dieras tu poder entonces sería más inútil de lo que soy ahora, creo que es una dificultad que sabrás superar bien…
Apartó su libro, ya se le habían ido las pocas ganas de querer leer, ¿para qué? Era más interesante pasar el rato conociendo a otros antes que en solitario, siempre podría estar solo y silencioso una vez volviera a su habitación. Pero ahora que por fin se había decidido a salir de día, no quería volver tan rápido. —Ahora que lo mencionas, también sé cocinar un poco, pero no creo que sea tan bueno.— Mencionó con humildad, como era vampiro, no tenía un gusto tan delicado como los demás, asique no podría saber con certeza qué sabía bien o mal, pero las pocas veces que había cocinado para los demás había conseguido buenas críticas. —¿Cuál es tu especialidad, señorita Ysa? ¿La pastelería o tal vez platos más de fondo?
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